miércoles, 14 de abril de 2010

"Human Remains" de Jay Rosenblatt (1998).






"I see a camera as a sort of weapon for good and bad purposes. As filmmakers, we can uncover, expose and effect social change; but the medium can be used as an exploitative device that adds to our problems. Filmmakers don't take enough responsibility for the images they put on the screen."

Rosenblatt, psicólogo de formación y cineasta de práctica, indaga en la naturaleza humana a partir de la examinación y edición de found footage. Su mirada es de una crítica sutil, que a partir del descubrimiento de la historia (como nos muestran las intersecuencias de un personaje excavador anónimo como puede ser él o nosotros mismos), expone la problemática de las dictaduras. Parte del hecho de que le habla a un público que conoce ya que los personajes retratados son responsables de la muerte de millones de seres humanos y hace que la audiencia se pregunte: ¿quién es el human remain? ¿son las manías y detalles cotidianos retratados que dan un atisbo de que queda algo de humano en ellos? ¿son los cómplices no castigados de los dictadores? ¿es la humanidad misma? ¿son los sobrevivientes de esos regímenes?



El cineasta invita a que se emita un juicio personal, sin tener el tutelaje de una voz en off omnipresente que lo conduzca e infiera, sin que esto signifique que entre líneas (¿secuencias?) vaya construyendo un mensaje. Por un lado, tiene un tratamiento irónico en términos de darle voz a los dictadores que hablan en primera persona y enfatizar momentos del material a partir de la cámara lenta. Mussolini habla de que le tiene miedo al mal de ojo ("evil eye") y a la gente enferma, al mismo tiempo hay una toma en close-up donde él mira a la cámara y se ralentiza la velocidad por un momento. Mussolini dice "when willing, the people can do anything" mientras aparece colgado con su esposa.

El ritmo en Rosenblatt es crucial. Hay tomas con montaje relativamente rápido y de repente, un momento a cámara lenta, como cuando un
Stalin despiadado y fuerte, mira a la cámara, enfatizando ese momento sobre las tomas cotidianas. La atmósfera creada por el ritmo de unas vías del tren, el sonido de vacío que le da un aire de torcido a todo lo que se presenta en pantalla e incluso el tener un doblaje sobre una voz en el idioma del dictador que pretende personificarlo le da un aire de realidad abstracta. Este último recurso es usado también como medio de autenticidad, haciéndole al espectador creer que es el dictador mismo el que habla. Así mismo, representa un refuerzo para una tesis de Rosenblatt: la realidad nunca es evidente, se encuentra inmiscuida en capas y es un deber individual descifrarla, como él invita a hacerlo en su película.



En un blog encontré una idea que me parece interesantísima:

"Arendt introduced the notion that investigating those responsible for horrendous crimes a
gainst humanity led to "a lesson that this long course in human wickedness had taught us - the lesson of the fearsome, word-and-thought-defying banality of evil" . At the beginning of a new century we have taken for granted that this evil occurs. What Rosenblatt reminds us, in a most uncomfortable manner, is that these men are not monsters, and therefore are not able to be distanced from everyday human interaction."

http://archive.sensesofcinema.com/contents/cteq/00/10/human.html

Así, Roseblatt pone en evidencia el cine como arma para propósitos positivos y negativos. Positivos: mover conciencias, incitar la actitud crítica, realizar cambios. Negativos: la vulnerabilidad de la imagen cinematográfica, su posibilidad de ser reinterpretada y manipulada al antojo del cineasta y la preconcepción de que lo que está en pantalla es verdadero per se.


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