Así, ésta película es la dramatización de una situación etnográfica a partir de la idea de una cámara participativa, donde Nanook y su familia tienen la oportunidad de observar el material revelado poco tiempo después de que lo han protagonizado. Flaherty se encontró con el reto de resolver problemáticas técnicas específicas del invierno esquimal. Por ejemplo, la sobreexposición que puede significar filmar de día en la nieva o la falta de agua corriente para completar el proceso de revelado. Al final, que haya sobrellevado dicho obstáculo definió en gran medida el resultado del film.
"That walrus fight was the first film these Eskimo had ever seen and, in the language of the trade, it was a "knock-out." The audience- they thronged the post kitchen to the point of suffocation, completely forgot the picture- to them the walrus was real and living. The women and children in their high shrill voices joined with the men in shouting admonitions, warnings and advice to Nanook and his crew as the picture unfolded on the screen. "
Así comienza la complicidad de los esquimales con Flaherty, en cierto sentido, es una pérdida de inocencia ante la mirada cinematográfica. Están concientes de la puesta en escena que Flaherty dirige, Nanook principalmente, saca provecho de todo su carisma en pantalla.
Flaherty es bien intencionado, perseverante e inteligente, pero su visión no es independiente de las posturas del American Way of Life que tanta fuerza tenían en la primera mitad del siglo XX. Flaherty se asegura de que Nanook sea políticamente correcto sólo presentando a una de sus esposas, la más joven. Lo muestra inocente y perplejo ante los productos de la 'civilización' como con el gramófono. Pero aunque Flaherty nos muestra una visión de "el buen salvaje" del Polo Norte (ingenuo, carismático y bueno, una postura más analítica podría presentar Nanook of the North como un acto de colaboración genuina. Por un lado, un esquimal enterado de cómo crear la ilusión cinematográfica de manera veraz como para pasar por ingenuo y un director que establece lazos de complicidad a partir del cariño genuino hacia sus protagonistas.
Me parece interesantes también dos aspectos técnicos. El primero es la posibilidad que los intertítulos ofrecen para el montaje y el desarrollo del tono en una película. Son un recurso para facilitar una línea narrativa y una postura omnipresente de los eventos e incluso, dentro de esta convención, se pueden agregar eventos o situaciones que no han sido filmadas. Además, son una explicación de la segmentación en capítulos de muchas películas que los utilizan. Sin ellos como signos de puntuación cinematográfica, el cineasta está obligado a encontrar herramientas de lenguaje en el plano mismo. De alguna manera, Vertov lleva la batuta en la sintaxis sin intertítulos con su idea de lenguaje cinematográfico universal.
Por otro lado, me parece interesante la posibilidad que otorga la blancura y el vacío de la nieve como locación. En la secuencia en la que Nanook construye el iglú hay una posibilidad técnica de realizar un montaje con una situación que ocurra en otro momento y lugar, como es que sus hijos jueguen sobre la nieve. La homogeneidad de paisaje propone una unidad de espacio muy interesante con la que se puede truquear el paso del tiempo con muchos alcances narrativos.
Aquí dejo un link a How I Filmed Nanook of the North, donde Flaherty explica algunos momentos muy interesantes, como la cita antes mencionada en la que los esquimales ven su primera secuencia cinematográfica.
http://www.cinemaweb.com/silentfilm/bookshelf/23_rf1_2.htm
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