sábado, 29 de mayo de 2010
"O Dreamland" de Lindsay Anderson (1953)
Anderson retrata de manera crítica el ocio de la clase media inglesa en los parques de diversiones bajo los estándares del free cinema. El sonido pasa a ser un refuerzo de lo que está en pantalla y la falta de sonido directo de facil transportación obliga al cineasta a hacer el diseño sonoro a partir de la repetición siniestra de la risa mecánica de algun dummy, así como ambientes sonoros del parque que incluyen el bullicio y el desplegado mecánico. Así, O Dreamland es un comentario de la artificialidad de este tipo de ocio. Vemos encuadres de muñecos deformes, son la estética esta experiencia que es una extensión del esquema capitalista, en la que los trabajadores pueden divertirse y liberarse del trabajo a partir del consumo.
La cámara de Anderson transita el espacio sin ningún obstáculo. Su trabajo es camuflagearse entre la gente que está distraída en el ocio para asombrarse y detenerse a mirar a la cámara. Él hace una impresión del espacio y su mérito está en el retrato de lo cotidiano, de la vida de los ingleses más allá de eventos particulares y llamativos. El free cinema es libertad de temas, de movimiento, de encuadres, de asociaciones. Su aparición es el punto de partida para los movimientos tanto en documental como en ficción que tendrían lugar posteriormente: direct cinema, cinéma verité.... hasta el neorrealismo italiano. Salir a la calle, buscar lo genuino dentro de la sociedad, acercarse y asumir las consecuencias de una mirada.
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